Por Venecia Joaquín
La vida se complica, cambia, escasean los recursos; son señales de alerta para que dejemos de complacer grupos y preparemos la nación para manejarse con una estructura de mecanismos prácticos, capaces de rendir mejores frutos; que ayuden a toda la población.
Nunca he estado de acuerdo con un ministerio de la mujer ni de la juventud; he abogado por un MINISTERIO DE LA FAMILIA; que aglutine a todos, niños, jóvenes, adultos, abuelos, no importa que sea hombre o mujer; con departamentos especiales para cada uno; como si fuera un hogar con habitaciones, pero unidos por lazos de afectos, de principios, valores, que conduzcan a la misma meta, al progreso, bienestar, a la paz social.
A ninguna sociedad le conviene dividir la familia y menos, sembrar la discriminación, para atender sectores específicos; en naciones en vía de desarrollo como la nuestra, no podemos tener un ministerio exclusivamente para asuntos de la mujer ni de los jóvenes; son un atentado a la integridad familiar. Al atender la mujer, discriminamos al hombre ¿Qué pasa con la igualdad de género? Y al atender los jóvenes, olvidamos los niños y adultos, ¿Qué pasa con la justicia social?
Los ministerios de la mujer y la juventud pueden estar bien intencionados, pero si se analizan a la luz de los valores, costumbres, proyectos y tendencia familiar, los resultados pueden ser desastrosos; envían señales de división que no es conveniente mantener. Necesitamos un ministerio que arrope la familia: padre, madre, hijos, abuelos; que facilite su acceso a las políticas sociales, que coordine de manera efectiva sus actividades, rumbo al desarrollo integral de la misma.
Hoy, el país enfrenta serios problemas económicos, sociales, educativos, ¡muy costosos!; la pandemia nos empuja a hacer una reingeniería de toda la estructura. Necesitamos mecanismos que unan más las familias, el pueblo; trabajar en equipo, para salir airosos de los grandes retos; procede una estructura que facilite la acción; que oriente, eduque en grupo, para ser más útiles a la sociedad, sin gastos excesivos.
Poco a poco, fortaleciendo la educación, quitando antivalores, modificando leyes obsoletas, los hombres y mujeres, de todas las edades, se incorporaran a la vida productiva sin tener que establecer ministerios que los separe, más bien que los una ; y desde ahí, juntos, trabajaran por una sociedad más justa, equilibrada y humana; abogaran por realizar labores en equipo, que enarbole la importancia de la educación, el espíritu de trabajo, el ser personas de bien; tendrán herramientas para combatir los males, vicios, delincuencia; enseñaran a realizar labores conjuntas, abrir centros laborales, que apoye iniciativas privadas.
Los problemas y limitaciones sociales , deben combatirse , facilitando la participación de hombres y mujeres, de todas las edades; para que con igualdad de oportunidades, aprendan y se beneficien; de ahí la importancia de un Ministerio de la Familia, una institución abierta, una fuente general, a la que todos tengan acceso, para recibir orientación y ayuda.
Por Venecia Joaquín FuenteL https://elnuevodiario.com.do/ministerio-de-la-familia-para-todos/